Las culturas, a través de la red multidimensional de los fenómenos lingüísticos, tal como lo señala Denise Najmanovich, son la manifestación evidente de las prácticas sociales. Esto es lo que nos permite, desde la perspectiva de la comunicación, constituir a esta prácticas en objeto de nuestro análisis.
Superada la idea restrictiva que recortaba y limitaba lo público a lo meramente estatal, es menester que los comunicadores nos preguntemos por la importancia de ese espacio y por nuestro modo de presencia allí. Lo público, entendido como aquello que concierne a todos y como ámbito donde se desenvuelve la ciudadanía para la consideración y el debate de los asuntos comunes y para la re-construcción del tejido social, es hoy por hoy lugar insoslayable para la comunicación.
Un interrogante que podemos plantearnos es si en la actualidad la comunicación configura la política o si la política tiene alguna posibilidad de construirse hoy al margen de la comunicación. Podríamos preguntarnos también si el sistema de medios no es, en definitiva, el escenario ineludible de la política. Seguramente ninguna de estas preguntas tiene respuestas concluyentes. Vale la pena formularlas para invitarnos a nosotros mismos a la reflexión y, sobre todo, para pensar en qué consiste efectivamente el ejercicio del derecho a la comunicación en nuestra sociedad argentina actual.
Más que ofrecer una conferencia o hacer una exposición que presuma de magistral quiero establecer con ustedes un recorrido de reflexión que nos permita, en primer lugar partir de nuestras propias experiencia y de los saberes acumulados que todos tenemos y luego pensar juntos y jntas sobre la tarea que se nos demanda.
El desarrollo está absolutamente vinculado al modelo de democracia que las sociedades se planteen y esto último es inseparable del concepto de ciudadanía y participación. La democracia no es un bien innato a la vida en sociedad. Es preciso educar en la democracia y comunicar su sentido y sus valores. La educación para la democracia y la comunicación democrática son esenciales al desarrollo. El espacio público, lugar simbólico y material de disputa de sentidos y de poder es un escenario atravesado por la comunicación. La batalla por el desarrollo se da hoy de manera particular desde el ámbito local en tensión con lo global, y en el espacio público. Este hecho problematiza el rol y la función de los comunicadores de cara a su aporte al desarrollo.